Son las areniscas y las pudingas, moldeadas hace millones de años de erosión, y más adelante curvadas bajo el empuje de la Península Ibérica las que han dado a Larrún su característico perfil rocoso.
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La pudinga es una roca constituida por cantos rodados rosas o blancos de cuarcita y soldados por un cemento graso de color vino. Este nombre “pudinga” proviene del parecido que los geólogos ingleses encontraron con su pastel nacional, el pudding.
La pudinga resulta de la consolidación de las playas de cantos rodados silícios en una red de ríos y lagos.
La arenisca: es una roca sedimentaria constituida por granos de cuarzo soldados por un cemento silício y por basalto, roca volcánica. Las areniscas se presentan con forma de estratos que suelen ser oblicuas o entrecruzadas.
Las losas de arenisca eran muy apreciadas por los canteros que en general, trabajaban para los talladores. Tenían concesiones otorgadas por el ayuntamiento que les daba el derecho de explotar mini-canteras de montaña. Bajaban piedras y grandes bloques con unos trineos arrastrados por vacas. Desde siempre se han utilizado estas piedras en la arquitectura local, tapias, estelas discoidales, casas, las más grandes losas, de 3 o 4 metros, podían servir de puente.